
Hay jefes malos, hay jefes de pesadilla y hay jefes realmente geniales, excepto por un hábito poco profesional que te vuelve loco.
Corregir el comportamiento subóptimo es fácil de entender, y bastante típico, cuando se trata de arriba hacia abajo. Pero se vuelve más desafiante cuando los roles se invierten, cuando llegas tarde para darle algo al cliente porque tu jefe es el que cumple con la fecha límite. O cuando suele llegar tarde a las reuniones. o usar blasfemias. O haga algo más que pueda mencionar en una evaluación con un subordinado, pero no sepa cómo comunicarse con un superior.
Si estás en ese bote, sigue leyendo para conocer algunas maneras ingeniosas en las que puedes manejar esta situación, sin cruzar la línea.
1. Método “¿Puedo hacer lo mismo?”
Una vez tuve un jefe que a menudo llegaba tarde al trabajo. En una mañana inusualmente puntual, estaba molesta cuando entró a la oficina a las 9 am y era la única persona allí. No somos un grupo de infractores de reglas. En cambio, nos dimos cuenta de que si nuestra jefa llegaba una o dos horas tarde por la noche, por lo general llegaba cerca de las 9:30 de la mañana siguiente, así que seguimos su ejemplo. Cuando vio lo que estaba pasando, nos llamó a todos y nos dijo que debíamos estar en la oficina todas las mañanas a las 9:00 a. m., fin de la historia. (¡Y decir “¡Pero, siempre llegas tarde!” realmente no parece correcto!)
Aunque ella comenzó a ir a trabajar a tiempo después de experimentar las consecuencias del enfoque de “haz lo que digo, no lo que hago”, mis colegas y yo definitivamente pudimos manejar mejor la situación. Tenemos reuniones de personal periódicas, y si pedimos ver el horario de oficina y se nos ocurren cosas como “Si trabajamos hasta tarde o tenemos un evento de la empresa una noche, ¿podemos llegar tarde? ¿Mañana por la mañana?”, tal vez deberíamos pensar en ideas para diferentes horas (porque prácticamente todos trabajan de 9:30 a. m. a 6 p. m.): quién sabe qué soluciones creativas y productivas podríamos generar una lluvia de ideas como equipo.
Entonces, si nota que su jefe se está volviendo más informal, ya sea en su atuendo o en sus reglas estrictas anteriores, no dude en preguntar si la oficina se está moviendo en una dirección más informal. En su próximo registro, intente: “Siento que estoy viendo un cambio hacia un enfoque más flexible y creativo: ¿es esto algo en lo que debería estar pensando?”
2. Método “¿Cómo debo manejar esta situación?”
Hace poco vi un episodio de Modern Family en el que Manny trató de unir a parientes que peleaban contándoles a cada uno una historia diferente de un compañero de clase ficticio que mostraba un comportamiento similar. Había esperado, mirando de afuera hacia adentro, que verían el error en sus formas. (Por supuesto, como es una comedia, todos dicen que es una mala persona, no aprendan de ella).
En la vida real, este método puede ser un salvavidas (siempre y cuando tengas un poco de habilidad). Suponga que su jefe lo interrumpe con frecuencia. Aparentemente, pedirle a “Matt” que corrija a “Pat”, que siempre habla de ti, no engañará a nadie. En su lugar, piense en una situación en la que las personas estén aisladas entre sí y algunas nunca sean escuchadas (hola, conferencia telefónica) y pídale a su jefe el mejor consejo.
Supongamos que propone comenzar cada llamada recordando a todos los participantes que dejen que todos hablen: un método de “prefacio”. Luego, justo antes de la próxima reunión del equipo, llévelo a un lado y dígale que tiene algunas ideas para las que desea dedicar tiempo. O, si sugiere que usted se ponga en la situación (por ejemplo, decirle a una persona que llama que no cree que el otro participante haya terminado), podría responder mejor con un enfoque directo. La próxima vez que te interrumpa, intenta decir “Lo siento, pero en realidad tengo algo más que decir”.
Al comprender cómo reacciona su jefe ante situaciones similares, obtendrá una idea de cómo es más probable que reciba retroalimentación en situaciones similares.
3. El método “Estoy pasando”
Sí, tener una conversación franca con tu jefe sobre un hábito poco profesional es una lista de cosas que no quieres hacer en el trabajo. Pero a veces, realmente es la única manera.
Por ejemplo, digamos que su jefe es un gritón. Esto no solo es totalmente desagradable y totalmente poco profesional, sino que puede hacer que otros miembros del equipo, socios e incluso clientes se sientan muy incómodos. Si esto perjudica su relación laboral, debe transmitir los comentarios a su jefe.
Si te posicionas criticando a tu jefe, es probable que tome medidas defensivas. En su lugar, supongamos que está compartiendo información general (incluso si es específicamente para su jefe). Pruébalo, “Janet me dijo el otro día que se sentía incómoda en la oficina porque escuchaba voces altas y blasfemias. Pensé que era importante compartir sus comentarios”.
No es fácil culpar a tu jefe por un mal desempeño, pero a veces es tu única opción. Como mínimo, esta conversación difícil lo prepara para otra situación: ya lo hace pensar en lo que quiere y no quiere hacer cuando está a cargo.
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