
Los nuevos gerentes a menudo asumen erróneamente que un proyecto bien ejecutado o un pronóstico de ingresos cuidadosamente modelado es la definición del éxito. Pero para lograr estos resultados, la forma en que diriges y motivas a tu equipo es igual de importante. Dirigir a otros puede ser una de las partes más gratificantes del trabajo, pero eso no significa que siempre sea fácil, especialmente la primera vez.
Predicar con el ejemplo
Como gerente, su estilo definirá a su equipo. Diferentes estilos de trabajo: los gerentes sensatos pueden presionar a sus equipos para que sean más eficientes y productivos; los gerentes comprensivos pueden fomentar el crecimiento profesional y aprender a tomar riesgos reflexivos.
A medida que desarrolle su estilo de gestión, piense en las cosas que más y menos admiraba de su gerente cuando ingresó por primera vez a la fuerza laboral. Incluso puede preguntarles a sus amigos qué admiran y qué les desagrada de su jefe.
A veces, los gerentes marcan la pauta con pequeñas cosas: si enviaste un correo electrónico a su equipo el fin de semana, ¿qué mensaje les darías cuando podría haber esperado hasta el lunes? ¿O si insiste en que su equipo almuerce en su escritorio? Piense detenidamente en todas las pequeñas decisiones que toma, ya que se suman para crear un ambiente de trabajo más o menos positivo.
Recuerde, también, que ciertos rasgos nunca prevalecerán: la impaciencia, la negatividad y el favoritismo nunca ganarán el respeto y la lealtad de un equipo.
Su éxito es tu éxito.
Como gerente de proyecto, no puede tener éxito sin un equipo. Mantenerlos entusiasmados y apoyados, al tiempo que garantiza que tengan espacio para crecer profesionalmente, es fundamental para desarrollar todo el potencial del equipo. Felicítalos frente a los jefes de nivel superior o dales la oportunidad de mostrarle al equipo ejecutivo que realmente puedes tener un impacto en los miembros de tu equipo y comunícales que aprecias su trabajo y tienes su apoyo.
Además, busque oportunidades en las que los miembros del equipo puedan ayudarlos a crecer y aprender. Puede ser que asistan a una conferencia de la industria o un programa de certificación financiado por su empresa, o que asuman un proyecto de “extensión” de su interés que les dará la oportunidad de brillar.
cuando la gente se queda corta
Por otro lado, si alguien tiene dificultades, aún necesita su apoyo. Siéntelos, hágales saber que no se están desempeñando al nivel que le gustaría ver, pero que ve su potencial y brinde consejos tácticos sobre dónde podrían hacerlo mejor. Bríndales retroalimentación desde el principio y con frecuencia, y crea una cultura de “Quiero ayudarte a tener éxito”.
También que sea una conversación bidireccional. Debe preguntar: “¿Hay alguna otra manera en que yo o el equipo podamos ayudarlo?” Acepte estos comentarios con calma, sin ponerse a la defensiva. Ver su arduo trabajo puede ser de gran ayuda. Además, a veces, puede ser su propio estilo de gestión o hábitos inconscientes los que se interponen en el camino, así que aprenda de los comentarios de su equipo y siga adelante.
Después de algunas semanas (o meses, dependiendo de la cultura de su empresa), si alguien todavía no lo está haciendo lo suficientemente bien, comuníqueselo a su supervisor. Llevar su propio peso en un equipo puede agotarlo a usted y al resto de su equipo.
Ser un buen gestor es una habilidad clave para avanzar en el mundo profesional. Tener un equipo que no solo se desempeñe bien, sino que también te respete y te sea leal, te hará brillar a los ojos de colegas y superiores. Además, es más probable que usted y su equipo disfruten trabajando juntos, un gran paso hacia su felicidad en el trabajo (y la de ellos).
Fotografía del gerente cortesía de Shutterstock.
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